CC by SA: Edoarado
DESCRIPCIÓN

La Passiflora Edulis, es una planta enredadera, muy decorativa, que puede alcanzar hasta 9 metros de longitud, y que gracias a sus numerosos zarcillos, se enreda en cualquier tutor o espaldera, llegando a llenarlo en unos pocos meses. Se trata de una planta muy atractiva, por sus grandes hojas de un verde brillante, sus pintorescas y exóticas flores y sus coloridos frutos.






Ya conocía la fruta de la pasión (también llamada parchita, passiflora edulis o maracuyá morado). Las tres variedades más conocidas de passiflora con fruto comestible son la passiflora flavicarpa o maracuyá amarillo (de fruta más grande y amarilla, más apta para hacer zumos ya que su pulpa es demasiado ácida para tomar directamente) passiflora lingularis o granadilla (de fruto muy grande y naranja, muy dulce y suave) y passiflora edulis, la que os muestro en este post, (fruto pequeño, morado y más dulce que el maracuyá amarillo). 

Soy bastante aficionado a las frutas tropicales y a los sabores exóticos, por lo que la había comprado en alguna ocasión. Aquí en España es una fruta bastante cara y no muy fácil de encontrar en cualquier frutería. Algo muy curioso que le ocurre a mucha gente (incluido a mí) es pensar que su nombre de "fruta de la pasión" o "passion fruit" procede de su exótico sabor o de algún posible efecto afrodisíaco. Nada más lejos de la realidad. Su nombre le fue dado por los primeros colonizadores españoles al ver en sus flores reflejados varios símbolos de la Pasión de Cristo. 


Mirad la fotografía de la flor que os muestro. Su forma recuerda bastante a la corona de espinas, los 5 estambres son las 5 llagas o estigmas de Jesús y los 3 pistilos los 3 clavos de la cruz. Curioso ¿verdad?




CULTIVO Y CUIDADOS:

En un principio dudé sobre cultivar aquí en Cádiz una planta tropical (procede de Centroamérica y Sudamérica), pero como en Viveros El Lago, donde suelo comprar muchas de mis plantas, vi que tenían pasifloras (se trataba de variedades ornamentales cuyo fruto no es comestible), me decidí a comprar un par de plantitas de Passiflora Edulis o fruta de la pasión. Estas dos plantas las trasplanté en dos macetas de tamaño mediano y las ubiqué a pleno sol. Era otoño y fue sorprendente ver como se aclimataron perfectamente y en un par de meses crecieron muchísimo y comenzaron a florecer. Necesitan bastante riego y una exposición plena al sol. Han resistido perfectamente el invierno y me decidí a cortar un par de ramas o esquejes y plantarlos en dos macetitas, y en pocas semanas también han echado raíces y han comenzado a crecer (la propagación por semillas es bastante más lenta). 

POLINIZACIÓN: 

Una vez abrieron las primeras flores y viendo que los insectos que rondaban por la terraza se interesaban bastante por ellas, esperé a ver si cuajaban en fruto, pero nada de nada... Las flores se marchitaban enseguida (es una flor que dura abierta uno o dos días, sea polinizada o no) y terminaban cayendo. Entonces busqué información en la red y me informé de que, debido a la disposición de los estambres y pistilos y al tamaño de la flor, las abejas comunes que abundan aquí en España no llegaban a polinizarlas. Al parecer, en sus países de origen abunda un abejorro bastante grande que al recolectar el néctar, se llenan los pelillos de la espalda con el polen de las anteras y lo frotan en los pistilos (como podéis ver, tanto las anteras como los pistilos están colocados boca abajo para facilitar esta polinización). La planta florece durante todo el año, aunque es ahora en primavera cuando cada día me encuentro nuevas flores abiertas y listas para ser polinizadas.

Viendo el nulo éxito en la polinización natural, opté por la polinización manual. El método que os muestro es bastante sencillo y entretenido: se arrancan de una flor con los dedos las anteras con el polen (se desprenden con mucha facilidad... con cuidado de no dañar el resto de la flor) y se frotan con ellas los 3 pistilos de otra flor (la polinización es cruzada, es decir, de una flor a otra, sin importar que sean de la misma planta). Incluso he probado con éxito a guardar anteras con polen en algún recipiente seco en el frigorífico para cuando abre otra flor (este polen es viable siempre que no transcurran muchos días). También se puede hacer sin arrancar las anteras, basta con frotar con un pincelito o bastoncillo de algodón las anteras de una flor y frotar los pistilos de otra (aunque yo prefiero hacerlo arrancando las anteras, la flor no se resiente y a mí me ha demostrado ser mucho más efectivo). Es importante llenar muy bien los pistilos con polen, cuánto más polen reciban, más semillas y pulpa generará la fruta.


 
Si os fijáis en las fotos de las dos flores que os enseño, la de la izquierda tiene sus tres pistilos curvados hacia abajo (la disposición más habitual), y es apta para polinizarla. A la derecha vemos una flor que nos dará la planta más de vez en cuando, con los tres pistilos rectos sin curvar y que no nos sirve para polinizarla, ya que aunque lo hagamos no nos cuajará el fruto.

En el siguiente vídeo podéis ver cómo hago para polinizar manualmente la flor de la pasión.



Aquí os muestro cómo debe quedar cada pistilo impregnado de polen.



Pues bien, con este sencillo método he conseguido que un 80% o 90% de las flores que polinizo manualmente cuajen en fruto. Éste crece muy rápidamente. En dos o tres días una vez se ha cerrado la flor, podréis ver como va engordando el fruto, mientras que si la flor se marchita es que no ha sido polinizada. La fruta alcanza su tamaño definitivo, como el de una pelota de golf, en unos 20 o 30 días. Ahora viene el periodo de maduración de la fruta, en el que pasará de un color verde claro a un morado intenso. Para el proceso de maduración de la fruta es muy importante la exposición directa al sol (las frutas que crecieron en otoño e invierno han estado dos meses antes de empezar a cambiar de color, mientras que las que he polinizado a final de invierno han ido madurando mucho más rápido). 

En la siguiente fotografía podéis ver un pequeño fruto creciendo.




RECOLECCIÓN: 

Es importante recolectar la fruta de la pasión una vez está completamente morada. La cáscara se vuelve muy blanda al apretarla y es entonces cuando se puede arrancar de la planta.



 En caso de recolectarla cuando la piel sigue lisa y brillante, hay que dejar que madure un poco más antes de abrirla, hasta que la cáscara se vuelva arrugada, que es cuando está más dulce y lista para consumirla. A las que veis en la fotografía aún les queda un poco para terminar de madurar.



Hay quien dice que es preferible dejarlas que se arruguen en la misma planta, ya que irán cayéndose cuando estén en su punto óptimo de maduración. Es entonces cuando las tomaremos, las cortaremos por la mitad con un cuchillo y con una cucharilla podremos sacar y consumir su aromática pulpa de exótico sabor. La pulpa es una gelatina anaranjada llena de semillas que también son comestibles. 

Esta fruta puede consumirse fresca o utilizarla para añadir a yogur, helados o para hacer refrescos, zumos o tartas. Es verdaderamente exquisita! 

Os animo a cultivar esta particular fruta en vuestro propio jardín, patio, balcón o terraza : )